miércoles, 15 de febrero de 2012

LA CEGUERA DE LOS DISCÍPULOS



 Evangelio según San Marcos 8, 22-26.
El evangelio de hoy muestra lo difícil que fue la curación del primer ciego. Jesús tuvo que realizarla en dos etapas. Igualmente difícil fue la curación de la ceguera de los discípulos. Jesús tuvo que hacer una larga explicación respecto del significado de la Cruz para ayudarlos a entender, porque era la cruz lo que estaba causando en ellos esta ceguera. 
Esta descripción de la curación del ciego, es la introducción de una larga enseñanza de Jesús para curar la ceguera de los discípulos, y que al final termina con la curación de otro ciego, Bartimeo. En realidad el ciego es Pedro. Somos todos nosotros. ¡Pedro no quería el compromiso de la Cruz! Y nosotros ¿entendemos el sufrimiento en la vida? 
El conjunto de la enseñanza tiene como telón de fondo la caminata desde Galilea hasta Jerusalén. Desde el comienzo hasta el final de esta larga instrucción, Marcos informa que Jesús está de camino hacia Jerusalén, donde le espera la muerte. El seguimiento de Jesús no se entiende por medio de la enseñanza teórica, sino por medio del compromiso práctico, caminando con él por el camino del servicio, desde Galilea hasta Jerusalén. Quien insiste en mantener la idea de Pedro, esto es, del Mesías glorioso sin la cruz, no entenderá nunca nada y nunca llegará a tomar la actitud del verdadero discípulo. Continuará ciego, cambiando gente por árboles. Pues sin la cruz es imposible entender quién es Jesús y qué significa seguir a Jesús. El Camino del seguimiento es el camino de la entrega, del abandono, del servicio, de la disponibilidad, de la aceptación del conflicto, sabiendo que habrá resurrección. La cruz no es un accidente por el camino, sino que forma parte del camino. Pues en un mundo organizado desde el egoísmo, ¡el amor y el servicio sólo pueden existir crucificados! Quien hace de su vida un servicio a los demás, incomoda a los que viven agarrados a los privilegios, y sufre. Todos creemos en Jesús. Pero a Jesús le entendemos de formas distintas. ¿Cuál es hoy el Jesús más común en la manera de pensar de la gente? ¿Cómo interfiere la propaganda en mi manera de ver a Jesús? ¿Qué hago para no caer en el engaño de la propaganda? ¿Qué pide Jesús a las personas que quieren seguirle? ¿Qué es lo que hoy nos impide reconocer y asumir el proyecto de Jesús?

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
http://www.cursillosdecristiandad.es/

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